jueves, marzo 11

La mirada del otro o Un tratado sobre la bipolaridad


A pesar de no ser un libro moderno, vamos, de publicación reciente, el padre de mi chico, o lo que viene siendo, el suegro ;-P, me regaló este libro en navidades. Y como últimamente devoro libro tras libro (he de decir que lo intenté con el El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas de Haruki Murakami, pero se me resiste :( ¡Lo siento Lau!) como si fueran cuscurros de pan, me entregué en la lectura de este libro que empieza fuerte, y va perdiendo fuelle conforme avanza la narración en primera persona que su protagonista, Begoña para el mundo donde a ella le gustaría estar y Goñi para su mundo burgués y acomodado de niña pija de la Moraleja.
El formato diario he de decir que engancha, ya que hace del lector una suerte de voyageur aficionado al que se le permite mirar por una mirilla secreta (o no tan secreta ya que ella se alimenta de ese intención mirona) la vida y fantasías de una mujer de clase media - alta, insatisfecha e inconformista, que necesita del sexo para salir de su rutina, pero que no es otra cosa que una niña bien con una tendencia bipolar épica.
No voy a contar aqui la historia, por si alguien quiere leerselo, que no es que no lo recomiende, solo que el final, me decepcionó. Bueno, no. Miento. Me decepcionó la segunda parte entera. Desde que se casa. Me da la sensación de que a Fernando le dijo su editor "nene, que hay prisa!" y el nene se puso manos a la obra, pero no supo, a mi gusto, solucionar el entramado de una vida que parecía tan compleja y acaba siendo simplona y vacía. Tal vez es la intención del escritor, generar esa sensación de algo hueco, plano...
He de reconocer que me enganché, quizá buscando ese final que diera sentido a esta segunda parte floja. Pero no, cerró una segunda parte que me parece que estiró sin sentido, mas que nada por que no supo darle más caña a Begoña.

2 comentarios:

Príncipe de ArroyoLuche dijo...

Suele pasar con los premios planeta, alguno he leído cuyas últimas páginas parecían escritas al alimón, con prisa, y sin sentido. Me sucedió con La Canción de Dorotea, de la Regás, y que usted tuvo la generosidad de regalarme. La novela estaba muy bien, con un tema bastante acertado, pero el último capítulo me pareció que interrumpía el carácter atractivo de la obra.
Pues yo echo de menos al Fernando Delgado que presentaba A vivir que son dos días en la ser, con Manolito Gafotas como invitado.

Gabs dijo...

Diox! es verdad! EL libro "La Canción de Dorotea" le pasa exactamente lo mismo que este, ¡que gran verdad!
Yo creo que a quien les toca leerse los manuscritos candidatos al premio, pasan de leerselo del todo... por q vamos...
un besote, Príncipico!