Un cuerpo en oficina. Una mente de vacances

Sí señor. Mi mente ya no acompaña mi cuerpo. NOT. Mi mente es mas ágil, más rapida, más lista, y mientras el cuerpo se arrastra torpemente por los rincones de esta oficina, cuajada de ordenadores, cables y frikis variopintos, como hueco, una suerte de robot humanoide que día tras día reproduce las mismas acciones, una detrás de otra.
Y mientras mi mente toma el sol en una paradisiaca isla lo mas lejos posible de aquí, yo calculo mentalmente los días que me quedan hasta poder disfrutar de un día de playa, con sus paseos, sus descansos dominicales, su tinto de verano, su arena entre los dedos de los pinrelillos, los guirufos rojos, la camara de fotos siempre en el bolso, lista para inmortalizar cualquier rincón ajeno a la estampa diaria... El relax, esconder el reloj, apagar el movil, leer ese libro tocho que te has propuesto acabar, la siesta... La espuma de los días mojando el pareo, mientras frunces el cejo por que el sol te ciega y te envuelve. La piel muda para mostrarte otro yo, mas tostaico, mas relajado... feliz.
Desconexion. Es lo que acabo de sufrir. Y pena, por que aun me quedan varias docenas de días para alcanzar los 15 días guarrindongos (no es que en sí no los quiera, es que siempre me parecen escasos), para huir al Mediterráneo, donde no nací...
Aiiins, benditas vacaciones... ¡Cómo las necesito!