martes, marzo 15

La clase política o el "pues tú más"


No suelo hablar de política por que me produce repelús.

No creo en ella.

Perdón, mejor dicho, no creo en ell@s.

Por que me da igual que el disfraz sea rojo o azul. Que unos se vendan como los buenos y otros como los malos. Que si este, que si aquel. Es lo mismo. Es el mismo lobo, solo cambia el color.

Repelús, y ahora también vergüenza. Hartazgo. Tod@s ell@s me producen inquietud. Desconfianza. Y pena. Mucha pena, ya que much@s de los polític@s que supuestamente nos representan (y digo much@s por que quiero creer que alguno habrá que haga bien su trabajo; y con supuestamente por que también quiero creer que están ahí para hacerse eco de nuestras necesidades -viva la ingenuidad...) ni intentan acometer tu misión con un mínimo de ética.

No solo estoy pensando en la corrupción. Ni es el uso y abuso de dietas, coches oficiales, etc... No.
Últimamente, atiendo pasmada ante un chorreo imparable de noticias relacionadas con est@s polític@s que no hacen más que soltar perlas, descalificar al otro (como objetivo principal, lamentable), dar patadas al diccionario, imponer su soberbia, reírse del ciudadano y amasar dinero calentando una silla, para más inri de cuero, sin encender si quiera el cerebro.

Mientras, ahí fuera, la cosa pinta mu fea. No solo aumenta el paro, si no que las oportunidades, lejos de aumentar se estancan, junto con el ánimo y la ilusión. ¿Qué les importamos a ell@s? un cojón de pato. Un mojón. Esa es la verdad.

Me siento profundamente avengonzada de tod@s ell@s, por que particularmente no me siento representada, por que creo que me toman el pelo, por que cuando sale algun@ de ell@s por televisión, la apago, por que su discurso es siempre el mismo, que tu esto, que yo más, por que mi sobrina de 2 años es más madura que much@s de ell@s.

Admiro las últimas revoluciones acaecidas en el mundo. ¡¡Con dos cojones!! Ese Tunez y ese Egipto por fin libres del yugo dictador, esa Libia que lucha con uñas y dientes para derrocar al ser grotesco que atiende al nombre de Gadaffi... Salvando las distancias, nosotros, ¿Qué hacemos? ¿Solo salimos a la calle cual ordas vikingas cuando gana España el mundial? ¿Por qué no armamos un gorda por todo lo que nos comemos con papas tooooodos los días sin rechistar???

Hay algo de borreguismo en el españolito medio que hace que, junto con esa clase política bicolor y ajena al ciudadano, me den ganas de emigrar a otro país...

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