jueves, mayo 19

Yes, we camp


Simplemente emocionada de que hayamos despertado del denso y espeso letargo en el que estábamos sumidos todos.

El domingo, cuando llegamos de la manifestación, me indignó mucho que los medios de comunicación nos ignoraran, que no nos tuvieran en cuenta. ¿hola? miles de personas colapsando la calle Alcalá... Pensarían, bah, venga, cuatro perroflautas muertosdehambre que se juntan pa tocar los huevos y de paso, los bongos.

Pero algo gordo se estaba gestando. Sin ponernos de acuerdo, sin conocernos, sin apenas haber compartido si quiera la misma realidad, todos pensábamos lo mismo, teníamos más o menos el mismo grado de inflamación escrotal. ¿cual fue el resorte común? ver que el horizonte tiene la misma silueta y tufo de mojón que vemos y olemos actualmente.

Me emociona especialmente compartir pancarta con un inmigrante, con un jubilado, o con una mujer de aspecto cansado que empuja un carrito con un bebé. Me entusiasma ver la generosidad de la gente, la red de solidaridad que genera todo este movimiento.

Todo esto constata una cosa: hay esperanza. Hay muchos como tú, y hay mucho qué hacer.
Si que hay que indignarse para que te hagan caso, si hay que acampar para hacer presión, para demostrar que esto va en serio, que somos muchos los que estamos hartos de todo esto, pues se hace. Todo es poco. Nada es suficiente.

Lo mejor de poco es que POR FIN se nos tiene en cuenta. Los que pensaban que esto era cosa de cuatro lloraviernes, se han llevado un zasss en toda la boca. Esto traspasa fronteras y ya no hay quien lo pare.

Ojalá esto sirva de lección a tod@s.

Simplemente emocionada.

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