jueves, enero 28

A la sombra de los pinos

Y de repente todos los recuerdos de mi infancia se agolpan torpes en mi memoria, todos quieres aparecer y solaparse unos a unos.

Huelo a pino, y a bocata de filete de ternera empanado con pimientos verdes.

Oigo el agua del riachulo, como lame los cantos rodados, y también a mi madre cómo nos dice que no saltemos de piedra en piedra que nos caeremos.

Y nos caemos, claro.

Veo a mi abuelo, con la gacha siempre en su mano y la boina coronando su calva. Y también a mi abuela, con sus gafas de cristal tan grueso, su pañuelico negro en la cabeza y su tierna sonrisa. A mi padre hurgando en la bolsa nevera. Un pájaro que rastrea una miga de pan mientras se acerca a saltitos.

El cielo está despejado, apenas alguna nube, pero es delicioso poder contemplar la majestuosidad de la sierra tintada aún de nieve y respirar aire, aire fresco, aire del que cuando se aspira de golpe, duele. Aire.

Mi infancia la recuerdo cristalina, sencilla y alegre correteando entre los árboles, cazando renacuajos, cayéndome de la bicicleta, teniendo en las rodillas cuajadas de heridas que burbujeaban bajo el agua oxigenada; jugando al fútbol, a las chapas, con los Pin y Pon.
Tragándome con mis hermano la Vuelta Ciclista España en los sopores densos de las tardes de verano bajo un sol que quema.
Comiendo chorizo con pan de hogaza reciente que me daba mi abuela a escondidas de mi madre.
Viendo a las vacas pasearse pesadas, lentas y ajenas al mundo, por las calles del pueblo hasta el caño, y quedarme horas mirando cómo bebían.
Esquivando, también, las boñigas de las mismas señoras.
Espantando, cazando y matando moscas.
Cantando con mis primos, de excursión a la sierra, mochila en ristre, dispuestos a coronar la cima como auténticos exploradores, y llegar a los pinos, abrir la mochila y comerse la tortilla con hambre voraz.
Dando de comer a las gallinas "pitas, pitas, pitas" decíamos mi abuela y yo repartiendo su comida.
Montar en burro y rascarme las piernas que me picaban por la piel del burrito. El burrito, con su carita triste y los ojos cubiertos de moscas que tanta penita me daba...
Los torreznos haciéndose en lumbre, el olor a las sopas de ajo...

Tantos buenos recuerdos dibujan una gran sonrisa en mi boca. Por que he tenido la suerte de vivir pedazos enormes de mi vida como un potrillo mas en plena y pura naturaleza. Siendo, al fin y al cabo, feliz, a la sombra de los pinos :)

miércoles, enero 27

El beso de la mujer verde


Ella era verde, aunque su corazón fuera rojo.
Te daba un beso solo cuando el cielo era azul.
El morado transparentaba su estado de ánimo
y la vida se le antojaba naranja.

viernes, enero 22

Peligro: se cose


Pues eso, ojito, que ahora me ha dado por coser, estoy haciendo un curso de Patchwork ;D... ¿Lograré hacer algo apañado? en mi mente tengo mil creaciones maravillosas... otra cosa es que la destreza de mis manotas de sus frutos... En este punto soy escéptica ;-P.
Cuando acabe el trabajo que me he propuesto, q por cierto, poco tiene que ver con los típicos trabajos de Patchwork, le haré alguna fotito... o no ;-P

jueves, enero 21

Gordos

Los hay amargados, alegres, revolucionarios, tristes, altos, conformistas, pequeños, brillantes y hasta lerdos. Esta peli ofrece un catálogo de gordos de muy diversa índole, por ello tal vez me haya gustado. Por que en esta peli nadie es perfecto. Y la clave es gustarnos con nuestras propias imperfecciones. Aunque estas imperfecciones sean 10 kilillos de nada alojados entre cartucheras y michelines ;D

En calidad de "rellenita" (la mia mamma dixit) y de niña gorda que he sido, he de reconocer que esta película me ha tocado la fibra, por que aunque es un retrato más de personajes estereotipados, con sus cliches y sus tópicos, todos tienen algo en común: la gordura y su rechazo hacia esta. Tanto de la sociedad como de uno mismo.

Tiene momentos duros, y momentos en los que te jartas a reir, sobre todo con Antonio de la Torre, que hace un papelón.

Yo particularmente, cualquier cosa que como, mi metabolismo la suele multiplicar por dos, como poco. Mi pareja, sin embargo, es una especie de boa constrictor, traga y traga... y yo lo engordo por el. Así nos compenetramos de bien ;-P

A mi me engorda el aire, mientras que mi chico se zampa un Whopper doble con patatas y se queda tan pichi. Así es la vida. Así es el jodido metabolismo.

En fin, gordas y gordos, delgadas y delgados, no dejéis de verla :)

Aqui dejo mi homenaje al cartel de la peli ;D

miércoles, enero 20

lunes, enero 18

Contando cuentos


Por fín terminé el cuento para mi sobri :) Me gustó mucho como quedó, y la verdad es que disfruté como una nena pequeñaja... A Gabs también le gustó mucho, ¡¡se lo quiso zampar!! ;D

Cabezones in the air